Mantener un hogar es un deporte de equipo. Tarde o temprano, algo gotea, algo se rompe o algo necesita una mano de pintura. En nuestra experiencia, el estrés no viene de la avería en sí, sino de no saber de dónde saldrá el dinero para arreglarla o de quién es la responsabilidad de pagarlo.
Para evitar debates de última hora mientras el agua corre por el pasillo, preferimos usar la Regla del 1%. Es sencilla, predecible y nos permite centrarnos en disfrutar de nuestra casa en lugar de vigilar cada céntimo.
Elige tu modelo
Antes de empezar, identifica qué estructura se adapta mejor a vuestra realidad actual:
- El Modelo Proporcional: Ideal para parejas con ingresos muy diferentes. Cada uno aporta al fondo de mantenimiento según el porcentaje que representan sus ingresos netos sobre el total del hogar (por ejemplo, un reparto 60/40).
- El Modelo de Aportación Fija: Perfecto para parejas que prefieren la igualdad matemática. Ambos aportan la misma cantidad al fondo común, independientemente de lo que ganen.
- El Modelo de "Liderazgo de Gastos": Útil si uno de los dos es el propietario de la vivienda y el otro convive. El propietario asume las reparaciones estructurales (lo que añade valor a largo plazo) y ambos comparten los gastos de uso y desgaste diario.
La Regla del 1%: Cómo funciona
La regla es pragmática: reserva anualmente el 1% del valor total de tu propiedad para mantenimiento y reparaciones. Si no tienes el valor exacto, usa el precio de compra como referencia.
No te preocupes por la cifra total; lo importante es la ratio mensual. Divide ese 1% entre doce meses. Esa es vuestra "cuota de tranquilidad". Este fondo no es para redecorar o comprar muebles nuevos por capricho; es para que el tejado no se caiga y la caldera siga funcionando.
Reglas para copiar y pegar en vuestro acuerdo
Aquí tenéis algunas normas que nosotros aplicamos y que podéis adaptar a vuestro propio "manual de convivencia":
- La Regla de la Urgencia: Cualquier reparación necesaria para la habitabilidad (agua, luz, calefacción) se paga del fondo común de inmediato, sin necesidad de debate previo.
- El Límite de Consenso: Para cualquier mejora que sea estética o no urgente, si el coste supera el 10% de vuestro fondo mensual acumulado, nos sentamos a hablarlo antes de llamar al técnico.
- Mantenimiento Preventivo: El fondo también cubre las revisiones anuales obligatorias. Es mejor pagar una pequeña revisión hoy que una gran avería mañana.
Propuestas para vuestra próxima charla
Sentarse a hablar de dinero puede dar pereza, pero hacerlo una sola vez bien ahorra diez discusiones futuras. Podéis usar estos puntos:
- Pregunta de apertura: "¿Qué parte de la casa nos preocupa más que se rompa y cuánto nos daría paz mental tener ahorrado para ello?"
- Opción de equidad A: "Aportamos al fondo de la casa en la misma proporción que pagamos el alquiler o la hipoteca."
- Opción de equidad B: "Separamos una cantidad fija mensual de nuestra cuenta común antes de asignar el dinero para ocio."
Opciones de justicia según vuestro estilo
No hay una sola forma de ser "justos", pero sí varias que funcionan:
- Si priorizáis el ahorro: Ajustad la regla al 1,5% si vuestra casa tiene más de veinte años. Las casas antiguas tienen más "carácter", pero también más goteras.
- Si priorizáis el flujo de caja: Si el 1% mensual os parece demasiado alto para vuestros gastos corrientes, acordad un tope máximo (un "cap") basado en el 5% de vuestros ingresos netos combinados.
Si esto parece difícil, empieza por aquí
Si sentaros a calcular el 1% del valor de la casa ahora mismo os genera fricción, usad nuestra regla de respaldo: La Regla del Redondeo.
Simplemente, automatizad una transferencia mensual a una cuenta de ahorros específica llamada "Casa" con una cantidad que ambos consideréis "invisible" (por ejemplo, el equivalente a lo que gastáis en suscripciones de streaming o cafés fuera de casa). No cubrirá un tejado nuevo de golpe, pero os dará el hábito de proteger vuestro refugio juntos.
Acordad esto hoy, configurad la transferencia y no volváis a hablar del tema hasta que cambien vuestras circunstancias o la casa pida ayuda. Así de simple.

